Pues hace un par de días, viernes 30 de septiembre se llegó el día de ver al sacerdote en su misa final en México, así que llegué temprano al palacio de los deportes para reunirme con los amigos, platicar y compartir alguna cerveza. Como hace varios años, JUDAS PRIEST trajo de banda invitada a WHITESNAKE, así que antes de que empezaran a tocar nos metimos al recinto.
Tuve la fortuna de conseguir boleto en la sección A, que está en la parte baja y al frente del escenario, así que la vista desde mi lugar era muy buena. De entrada nos recibía una enorme manta con la portada del último disco de WHITESNAKE. Alrededor de la 7:40 dio inicio el set de la banda, de tal forma que incluyeron, entre lo que recuerdo: “Best years”, “Give me all your love”, “Love ain´t no stranger”, “Is this love”, “Forevermore”, “Love will set you free”, “here I go again” y “Still of the night”, dándose tiempo para un duelo de solos de guitarra, y un solo de batería, donde la parte destacada fue que el baterista tocó buena parte a mano desnuda. En lo personal me pareció un buen show, pero si quedó en evidencia que Coverdale ya no ruge como antaño y es ayudado mucho con los coros de sus músicos, además de “invitar” a cantar al público con demasiada frecuencia. En total tocaron una hora o una hora y 5 minutos que dejó satisfechos a sus fans y a sus no tan fans.
Tras aproximadamente 30 minutos de espera, tiempo en que quitaron la manta de WHITESNAKE y pusieron en su lugar una que decía “epitaph”, dio inicio el histórico último concierto del gran sacerdote en México. Se escuchan los primer acordes de “Rapid fire” y cuando entra la voz, la gran manta cae y ya están los 5 integrantes en el escenario, fenomenal manera de empezar. De ahí en adelante siguió un set de aproximadamente 2 horas, donde incluyeron material de todos sus álbumes. Hubo una gran cantidad de pirotecnia, cosa que no había presenciado en ninguna otra ocasión que les había visto, otro detalle diferente en su presentación, fue la abundancia de luces laser que enmarcaban perfectamente ciertos pasajes de las rolas. Obviamente no podemos dejar de mencionar la presencia del nuevo guitarrista, Richie Faulkner, quien sustituyó a KK Downing y es al menos a la distancia, bastante parecido a este último. Sin embargo sí se extrañó la presencia de Downing a la hora de hacer los solos a dúo ó a la hora de hacer esos movimientos escénicos juntos, ya que prácticamente Tipton nunca se le acerca. Algo muy bonito en la presentación fue el hecho de que había una gran pantalla detrás de la batería y al inicio de cada tema, había un cambio en lo que proyectaba, que era concordante con la pieza que se estaba interpretando.
Según yo, el set list fue el siguiente:
Rapid Fire
Metal Gods
Heading Out to the Highway
Judas Rising
Starbreaker
Victim of Changes
Never Satisfied
Diamonds & Rust
Dawn of Creation
Prophecy
Night Crawler
Turbo Lover
Beyond the Realms of Death
The Sentinel
Blood Red Skies
The Green Manalishi (With the Two-Pronged Crown)
Breaking the Law
Painkiller
The Hellion
Electric Eye
Hell Bent for Leather
You've Got Another Thing Comin'
Living After Midnight
Rob Halford es sin duda un gran front man, y sabe muy bien hacer su trabajo, es todo un divo, que prácticamente tras acabar cada pieza iba a un lugar al lado del escenario a cambiarse de ropa, de tal forma que hubo la oportunidad de verlo con chalecos de mezclilla, chamarras de cuero de diferentes estilos y una gran gabardina plateada con capucha incluida cuando interpretaron “Prophecy”. Sin embargo creo que el tema de la voz debe ser mencionado, ya que sinceramente cada vez está peor, se apoya mucho en algún efecto que hace parecer que alarga el tono, además de que en muchas ocasiones simplemente no lograba dar la nota, y en otros casos, simplemente le imponía otro ritmo a la voz, como en el caso de “The sentinel” a la cual hizo pedazos. Otro detalle que tiene que ver con la voz fue el hecho de no cantar en diferentes momentos de la pieza, “para dar oportunidad al público de hacerlo”, como fue el caso de “Breaking the law”, que fue totalmente interpretada por el público. Precisamente antes de anunciar esta pieza, da un pequeño discurso donde menciona a bandas como Iron maiden, Saxon y Black sabbath, todas sacando estupendo material en ese 1980, pero en medio de todo estaba esta canción que se volvió icónica del metal. En cuanto al set list, obviamente cada cual tenía sus favoritas y hubiera preferido escuchar esta o aquella, a mí me aburrieron una par de canciones, pero bueno, eso es un detalle menor. Sin embargo debo decirlo, todas esas minucias, errores o defectos que he mencionado se perdonan simplemente por el hecho de que era la despedida de una de las bandas más poderosas del mundo del metal y una de las más influyentes. La parte final del set fue épica y dramática con dos piezas clásicas de su carrera que dieron pie para que el público las coreara a morir. Al final, sale la banda a despedirse y no estoy 100% seguro pero desde donde estaba me parece que a Ian Hill se le salen las de cocodrilo, siendo este un momento muy emotivo, tal como en su momento fue la parte acústica de “Diamonds and rust”. Y ahora, a diferencia de lo que siempre dice Halford: “The priest is back”, ahora diremos: “The priest is gone”. Adios a un grande, forever metal, forever JUDAS PRIEST.
Tuve la fortuna de conseguir boleto en la sección A, que está en la parte baja y al frente del escenario, así que la vista desde mi lugar era muy buena. De entrada nos recibía una enorme manta con la portada del último disco de WHITESNAKE. Alrededor de la 7:40 dio inicio el set de la banda, de tal forma que incluyeron, entre lo que recuerdo: “Best years”, “Give me all your love”, “Love ain´t no stranger”, “Is this love”, “Forevermore”, “Love will set you free”, “here I go again” y “Still of the night”, dándose tiempo para un duelo de solos de guitarra, y un solo de batería, donde la parte destacada fue que el baterista tocó buena parte a mano desnuda. En lo personal me pareció un buen show, pero si quedó en evidencia que Coverdale ya no ruge como antaño y es ayudado mucho con los coros de sus músicos, además de “invitar” a cantar al público con demasiada frecuencia. En total tocaron una hora o una hora y 5 minutos que dejó satisfechos a sus fans y a sus no tan fans.
Tras aproximadamente 30 minutos de espera, tiempo en que quitaron la manta de WHITESNAKE y pusieron en su lugar una que decía “epitaph”, dio inicio el histórico último concierto del gran sacerdote en México. Se escuchan los primer acordes de “Rapid fire” y cuando entra la voz, la gran manta cae y ya están los 5 integrantes en el escenario, fenomenal manera de empezar. De ahí en adelante siguió un set de aproximadamente 2 horas, donde incluyeron material de todos sus álbumes. Hubo una gran cantidad de pirotecnia, cosa que no había presenciado en ninguna otra ocasión que les había visto, otro detalle diferente en su presentación, fue la abundancia de luces laser que enmarcaban perfectamente ciertos pasajes de las rolas. Obviamente no podemos dejar de mencionar la presencia del nuevo guitarrista, Richie Faulkner, quien sustituyó a KK Downing y es al menos a la distancia, bastante parecido a este último. Sin embargo sí se extrañó la presencia de Downing a la hora de hacer los solos a dúo ó a la hora de hacer esos movimientos escénicos juntos, ya que prácticamente Tipton nunca se le acerca. Algo muy bonito en la presentación fue el hecho de que había una gran pantalla detrás de la batería y al inicio de cada tema, había un cambio en lo que proyectaba, que era concordante con la pieza que se estaba interpretando.
Según yo, el set list fue el siguiente:
Rapid Fire
Metal Gods
Heading Out to the Highway
Judas Rising
Starbreaker
Victim of Changes
Never Satisfied
Diamonds & Rust
Dawn of Creation
Prophecy
Night Crawler
Turbo Lover
Beyond the Realms of Death
The Sentinel
Blood Red Skies
The Green Manalishi (With the Two-Pronged Crown)
Breaking the Law
Painkiller
The Hellion
Electric Eye
Hell Bent for Leather
You've Got Another Thing Comin'
Living After Midnight
Rob Halford es sin duda un gran front man, y sabe muy bien hacer su trabajo, es todo un divo, que prácticamente tras acabar cada pieza iba a un lugar al lado del escenario a cambiarse de ropa, de tal forma que hubo la oportunidad de verlo con chalecos de mezclilla, chamarras de cuero de diferentes estilos y una gran gabardina plateada con capucha incluida cuando interpretaron “Prophecy”. Sin embargo creo que el tema de la voz debe ser mencionado, ya que sinceramente cada vez está peor, se apoya mucho en algún efecto que hace parecer que alarga el tono, además de que en muchas ocasiones simplemente no lograba dar la nota, y en otros casos, simplemente le imponía otro ritmo a la voz, como en el caso de “The sentinel” a la cual hizo pedazos. Otro detalle que tiene que ver con la voz fue el hecho de no cantar en diferentes momentos de la pieza, “para dar oportunidad al público de hacerlo”, como fue el caso de “Breaking the law”, que fue totalmente interpretada por el público. Precisamente antes de anunciar esta pieza, da un pequeño discurso donde menciona a bandas como Iron maiden, Saxon y Black sabbath, todas sacando estupendo material en ese 1980, pero en medio de todo estaba esta canción que se volvió icónica del metal. En cuanto al set list, obviamente cada cual tenía sus favoritas y hubiera preferido escuchar esta o aquella, a mí me aburrieron una par de canciones, pero bueno, eso es un detalle menor. Sin embargo debo decirlo, todas esas minucias, errores o defectos que he mencionado se perdonan simplemente por el hecho de que era la despedida de una de las bandas más poderosas del mundo del metal y una de las más influyentes. La parte final del set fue épica y dramática con dos piezas clásicas de su carrera que dieron pie para que el público las coreara a morir. Al final, sale la banda a despedirse y no estoy 100% seguro pero desde donde estaba me parece que a Ian Hill se le salen las de cocodrilo, siendo este un momento muy emotivo, tal como en su momento fue la parte acústica de “Diamonds and rust”. Y ahora, a diferencia de lo que siempre dice Halford: “The priest is back”, ahora diremos: “The priest is gone”. Adios a un grande, forever metal, forever JUDAS PRIEST.
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